31.7.09

La creatividad de los Doves magnetiza desde la primera canción de éste, su último disco, es una creatividad ligada desde los primeros acordes hasta las últimas palabras de cada canción. La extensión de esta creatividad llega a la imaginación de atmósferas coherentes con la música que emana cada melodía, una atmósfera con esa voz particular de Jez William especialista en la entonación de cada lírica escupida desde el alma.
El tema que le da el título al disco da la pauta para encontrarse con algo más que un EP, aún siendo el sencillo llega a mostrar los escenarios para ser escuchado el disco en su totalidad; Winter Hill, House of Mirrors recuerdan el britpop de Manchester; algunas veces cuando te gusta alguien, sientes cómo desde la mirada empieza a atraerte, comienzas los nervios, la sudoración se agrava, las palabras ya no llevan coherencia en cada oración, las pupilas se dilatan todo ocurre hasta quedar hechizado, Spellbound; 10:03 la hora exacta para ir en un tren rápido o para ver pájaros volando hacia atrás, Birds flew bakcwards; la guitarra anuncia que es la última canción, ya todo está decidido, no hay marcha atrás, ni modo se asemeja al ciclo de vida: Lifelines.

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